Vamos, sonríe!
¡¡Mírate en el espejo, y lánzate una sonrisa!
No se trata de fingir, o de ponerte una máscara que siga tapando tus penas…
más bien, se trata de animarte a seguir adelante.
¡Sonríe!, porque Dios te ama (aunque a veces parezca tan distante).
Porque eres una persona hermosa, con un futuro amplio delante de ti.
¡Sonríe! por las personas amadas que te rodean... y por las que no están cerca,
porque tú y yo sabemos que aún tienes la capacidad de amar.
¡Sonríe!, como una forma de demostrarte confianza.
En realidad, después de Dios, eres en verdad la única persona
en la cual puedes confiar plenamente.
¡Sonríe! porque tienes aún la oportunidad de seguir con vida...
¡y qué bueno que sea así! ¡Sonríe! porque eres especial,
y no es solo un decir, lo eres,
y hay gente que espera allá afuera, la amistad de personas como tú.
Un día, cuando estés en otra etapa de tu vida, podrás ofrecerle tu sonrisa a
alguien que se sienta mal, o triste, como es posible que te sientas hoy.
Y por último... ¡sonríe!
porque ya sea que estés llorando o riendo, la vida continúa,
y es mejor poner tu rostro de cara al viento... con una sonrisa.
Y entonces... ¿te animas?
Vamos... ¡sonríe!