Promesa Quizá fuesen mejores Nuestros corazones cuando eran frágiles Y algún golpe de mar, o la noche de julio Pudieran abrirles las calladas heridas Que ahora, y para siempre, llamaremos nostalgias. Quizá fuesen mejores cuando eran Cual regatos ligeros o lluviosas tardes Que mojaban la infancia y partían Un dominio común; un valle abierto, Inmensos arenales, aquel balcón Detenido en la presencia de pulidos geranios. No eligieron barcos para partir lejos; Ni la brisa liviana de un verano Para que los apagase, con su fuego insumiso. Semejantes a los hombres, desearon A los árboles antiguos de esta tierra. De Pasa un segredo, 1988
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