Las personas que comparten una dirección común y tienen sentido de comunidad, pueden llegar a lograr sus objetivos más fácil y rápidamente, porque ayudándonos entre nosotros, los logros son mejores.
Cada vez que un ganso sale de la formación, siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo, y rápidamente vuelve de la formación para beneficiarse del compañero que va delante.
Si nos unimos y nos mantenemos juntos con aquellos que van en nuestra misma dirección, el esfuerzo será menor, será más sencillo y más placentero al alcanzar las metas.
Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los lugares de atrás y otro ganso toma su lugar.
Los hombres obtenemos mejores resultados, si nos apoyamos en los momentos duros, si nos respetamos mutuamente en todo momento, compartiendo los problemas y los trabajos más difíciles.
Los gansos que van atrás, graznan para alentar a los que van a delante a mantener la velocidad.
Una palabra de aliento a tiempo, ayuda, da fuerza, motiva, produce el mejor de los beneficios.
Finalmente cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros 2 gansos salen de la formación y lo siguen para apoyarlo y protegerlo.
Si nos mantenemos uno al lado del otro, apoyándonos y acompañándonos, si hacemos realidad el espíritu de equipo, si pese a las diferencias podemos conformar un grupo humano para afrontar todo tipo de situaciones; si entendemos el verdadero valor de la amistad; si somos concientes del sentimiento de compartir, la vida será más simple y el paso de los años, más placentero.