El hambre de la eternidad, el suelo de la inconciencia y el ansia de descubrir.
Cada día perseguir un sueño, llorar y caerse, reir y levantarse, el brillo de una estrella, el sol interrumpiendo el sueño y el delirio del amor.
El tiempo que se escapa como agua que lucha entre las manos. Dios escuchando los murmullos. Todo eso que se vuelve igual que subir una montaña y es tan solo vivir.