Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado.
Creo que estás
realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar
y en cada
uno de los que en ti creemos.
Te alabo y te adoro.
Te doy gracias,
Señor, por venir hasta mí,
como pan vivo bajado del cielo.
Tú
eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú
eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy quiero presentarte
todas
mis enfermedades
porque tú eres el mismo ayer,
hoy y siempre
y
tú mismo me alcanzas
hasta donde estoy.
Tú eres el eterno
presente
y tú me conoces...
Ahora, Señor,
te pido que
tengas compasión de mí.
Visítame a través de tu Evangelio
para que
todos reconozcan
que tú estás vivo en tu Iglesia hoy;
y que se
renueve mi fe
y mi confianza en ti.
Te lo suplico, Jesús.
Ten
compasión de mis sufrimientos físicos,
de mis heridas emocionales
y
de cualquier enfermedad de mi alma.
Ten compasión de mí, Señor.
Bendíceme
y
haz que vuelva a encontrar la salud.
Que mi fe crezca
y me abra a
las maravillas de tu amor,
para que también sea testigo
de tu
poder y de tu compasión.
Te lo pido, Jesús,
por el poder de
tus santas llagas,
por tu santa cruz y tu preciosa sangre.
Sáname,
Señor.
Sana mi cuerpo,
sana mi corazón,
sana mi alma.
Dame
vida y vida en abundancia.
Te lo pido por intercesión
de María
Santísima, tu madre,
la Virgen de los Dolores,
la que estaba
presente, de pie,
cerca de la cruz.
La que fue la primera en
contemplar
tus santas llagas y que nos diste por Madre.
Tú nos
has revelado
que ya has tomado sobre ti,
todas nuestras dolencias
y
por tus santas llagas hemos sido curados (1 Pedro 2,24).
Hoy,
Señor,
te presento en fe todas mis enfermedades
y te pido que me
sanes completamente.
Te pido por la gloria del Padre del cielo,
que
también sanes a los enfermos
de mi familia y a mis amigos.
Haz
que crezcan en la fe,
en la esperanza,
y que reciban la salud
para
gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino
siga extendiéndose más
y más
en los corazones,
a través de los signos
y prodigios de
tu amor.
Todo esto te lo pido, Jesús,
porque tú eres Jesús.
Tú
eres el buen pastor
y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estoy
tan seguro de tu AMOR
que aún antes de conocer
el resultado de mi
Oración,
En fe, te digo:
Gracias Jesús,
por lo que tú vas a
hacer en mí
y en cada uno de ellos.
Gracias por las
enfermedades
que tú estás sanando ahora,
gracias por los que tú
estás
visitando con tu misericordia. AMEN.