Un día sin ti, es tener que estar acompañado de la soledad; es fingir el dolor y refugiarse en el abrazo de la amistad.
Un día sin ti, es como esperar tu voz que se esconde en el viento, es decir que estoy bien cuando sé que miento.
Un día sin ti, es cuando extiendo mi mano y digo: “tu ausencia es tan grande que no puedo siquiera evocar tu presencia en vano”.
Porque te busco en el hastío de mis noches en vela, porque sueño y te busco en el leve resplandor de una fugaz estrella.
Te busco en el silencio que aprisiona mi alma, entre las sábanas frías de mí desolada cama.
Porque si tu me das a elegir entre tus ojos y la grandeza del mar, prefiero la paz de tu mirada y recorrer mundos enteros sin temor a naufragar.
Un día sin ti, es toda una eternidad para mí; porque yo vivo para decirte que te querré ciegamente; que estarás conmigo hoy y eternamente.
Vivo para recoger tus lágrimas cuando estés triste y para soñarte, cuando el cielo de negro se viste.
Por favor no me dejes vivir un día sin ti; porque deseo amar y en tu nombre predicar, hacerlo decir al viento, dibujarlo con estrellas y llenar de ti el universo.
Autor: José Antonio López