Todos debemos aprender a aceptarnos y a querernos, así , tal cual cómo somos. El aceptarse tal cual como uno es, no implica que uno no pueda cambiar. Muy por el contrario, el cambio es también parte de uno mismo, y uno debería evolucionar siempre hacia algo mejor. Pero es importante reconocerse como individuo, como algo particular, como algo único... Y ser siempre nosotros mismos... Y no actuar como muchos, que toman prestada la personalidad de otros y no advierten que, a la corta o a la larga, la verdad se hace evidente ante los ojos de los demás.
Andar por la vida con la personalidad de otro a cuestas es tan grotesco como andar con la ropa de alguien que es cinco o seis talles más grande o más chico que nosotros. Sin dudas, la ropa que mejor nos calza es la propia. Además, si alguien nos quiere, es preferible que sea por lo que somos, y no por lo que fingimos ser. Quien nos quiere por lo que somos, nos querrá para siempre. Quien nos quiere por lo que fingimos ser, sólo nos querrá hasta que se descubra la verdad. Dale a tu vida y a tu ser, el justo valor. Dale a tus pensamientos la importancia que tienen. Sé firme en tus convicciones...Y que éstas no flaqueen ante la primer crítica, o al ver que otros hacen o piensan diferente.
Vive la vida a tu propio ritmo. Baila según tú sientas la música. Construye tu propio sendero. Así, tendrás la seguridad de que quienes te rodean están a tu lado por lo que tú eres. Y lo más importante, tendrás la seguridad de no haber engañado a nadie... principalmente a tí mismo.
Fragmento del Libro
"Mensajes para vos,
para la vida, para el alma" de
Graciela De Filippis