A gradecer a Dios el habernos regalado las personas con las que convivimos.
B uscar el bien común por encima de los intereses personales.
C orregir con esmero a aquel que se equivoca.
D ar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros.
E stimar a los otros sabiendo reconocer sus capacidades.
F acilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.
G anar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.
H eredar la capacidad de aquellos que saben ser sinceros con valentía y respeto.
I nterceder por los otros a Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.
J uzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.
L imitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.
LL enarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.
M ediar entre los compañeros que no se entienden.
N ecesitar de los otros sin ningún prejuicio.
O lvidar el miedo al qué dirán dependiendo de la opinión de los demás.
P reocuparse por los más débiles o más necesitados.
Querer siempre el bien de las personas.
R espetar las opiniones de los demás, los derechos de las personas y de los animales.
S alir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.
T olerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.
U nirnos todos para vivir en paz y armonía.
V alorarse con realismo sin creerse superior a los demás.
X es una incógnita que invita a la búsqueda constante de la verdad con mayúscula.
Y uxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.
Z ambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios regala cada mañana.