Ahorra tiempo y dinero
Congelar es la clave del ahorro. Compra ahora cuando los productos tienen mejor
precio, y cocina sin prisas. Cuando llegue el momento sólo tendrás que descongelar.
Pescados preparados con antelación
Si en tus menús quieres incluir platos de pescado, pero no quieres cocinar
en el último momento, en vez de prepararlos al horno, guísalos con una salsa verde
o con verduras y salsa de nata. Los podrás preparar con antelación y congelarlos.
El mismo día, sólo tienes que descongelarlos y calentarlos. Ten la precaución de no sazonarlos mientras cocinas y hacerlo después al calentar.
Como recién hechos
Cualquier verdura a la crema, pasta rellena o incluso verduras rellenas, parecerán
recién hechas aunque las cocines con antelación y las congeles. Cuando las
vayas a usar, bastará con cubrirlas con bechamel y queso rallado y luego
gratinarlas unos minutos.
Guisos bien sazonados
También los potajes puedes cocinarlos con antelación y congelarlos. Para que queden perfectos, no los sazones al cocinarlos sino al calentarlos. Si llevan patata, es mejor
que la compres precocinada y la añadas cuando calientes el plato para consumirlo.
Postres en un momento
En las comidas con invitados elige postres que se puedan congelar hasta el día de
tomarlos, como babarois o aspics. Al final, solo tienes que añadir nata montada,
virutas de chocolate o caramelo y parecerá que acabas de prepararlos.
Recipientes multiusos
Para que todo resulte más práctico, elige fuentes o bandejas en los que puedas
congelar los guisos, pero que a la vez te sirvan para meter al horno a la hora de
calentar el plato y también que sean lo suficientemente bonitas para sacarlos
a la mesa y servir.
Cardo con almejas
Para ganar tiempo preparando este clásico de Navidad, cocina el cardo con su
salsa con antelación y congélalo. El día de consumirlo, descongela el cardo,
cuece las almejas al vapor, añádelas a la cazuela y da un hervor todo junto.
Carne en su punto
Puedes congelarla sin problemas siguiendo estos consejos.
Aves rellenas. Para guisarlas con antelación, rellenarlas y asarlas como lo harías habitualmente. Una vez hechas, congela por separado la carne, la guarnición
y la salsa. El día de servirla, descongela el ave, ponla en la bandeja del horno
con la guarnición, descongela la salsa en un cazo al fuego, riega con ella la carne
y hornea 10 minutos. Quedará perfecta.
Congelar en crudo.
Cuando congeles un alimento, límpialo antes pasándole un paño húmedo.
Luego, envuélvelo en papel film. Las piezas pequeñas, envuélvelas de una en una;
se descongelarán mejor.
(De la Red)