"El Señor bendiga a este animal y que San Antón le proteja de todos los males del cuerpo", va recitando Juan Villar, el párraco de la Iglesia de San Antón en Madrid, mientras rocía con agua bendita a los animales que les van presentando sus dueños.
Después de recibir la bendición, los animales dan las "vueltas del Santo", una procesión por diversas calles del madrileño barrio de Chueca.
Junto a la fila de fieles que quieren presentar sus mascotas al santo, otra desfila ante una ventanilla donde se dispensa unos panecillos, que, elaborados con una receta secreta, se mantienen tiernos durante un largo periodo de tiempo.
Cada feligrés recibe tres panecillos, uno de los cuales debe guardarse un año junto a una moneda para asegurarse trabajo y salud, y garantizarse la bendición del santo.
La festividad de San Antonio Abad, patrón de los animales, goza de gran tradición en Madrid, donde se viene celebrando desde principios del Siglo XIX, con algunos paréntesis.
Pero, la bendición de los animales también tiene lugar en otras partes de España, como Burgos, donde cientos de personas se acercaron a la Iglesia Real y Antigua de Gamonal para recibir la bendición para sus mascotas.
En el archipiélago de las Baleares, el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, también procedió a la bendición de cientos de animales de todas clases frente al ayuntamiento de Sant Antoni, en la isla de Ibiza.