Los nuevos abuelos
Salud y energía para rato
Los abuelos de la actualidad no son los mismos de antaño. Hoy, juegan con sus nietos, realizan variadas actividades durante el día y, en su mayoría, disfrutan de buena salud y bienestar. Son los nuevos exponentes de los llamados “años dorados”, quienes tienen energía para rato.
Juegan incansablemente con sus nietos, tienen amistades con las que comparten gustos como el deporte, las cartas o la sana conversación; disfrutan de buena salud y de una energía que cualquiera quisiera tener a sus años. Se alejan por completo del concepto de los abuelos de antes.
Las estadísticas aseguran que uno de cada diez chilenos tiene más de 60 años y que, dentro de una década y media más, serán uno de cada cinco. De ello, se desprende que este segmento etáreo hace tiempo que pasó a ser prioritario en nuestro país y que, por ende, es necesario destinar recursos, ideas y ganas para que vivan tranquilos y felices.
EL INICIO DE LA TERCERA EDAD
La reflexión que hoy hacemos, comparada con la de siglos anteriores, es que nadie imaginó que el hombre pudiera vivir tanto. A principios del siglo XX, la esperanza de vida estaba situada para los países occidentales alrededor de los 50 años. Hoy, se espera que la población viva en torno a los 80 años.
Si bien la situación descrita anteriormente se debe a que ha estado favorecida por factores como el progreso económico y científico, también ha contribuido a lo mismo la conciencia de los llamados adultos mayores a que depende de ellos prolongar su vida con el desarrollo de ejercicios físicos, la ingesta de una dieta balanceada y la participación en actividades sociales.
Para la psicóloga Katusa Nishihara, “el cuerpo humano es como una máquina, que si no se utiliza ni se engrasa, con el paso del tiempo se va estropeando, se va oxidando, y cada vez se le hace más difícil moverse hasta que termina deteriorándose”.
“Cada organismo, cada tejido, cada aparato, envejece por cuenta propia y con velocidad y ritmos distintos a otros. No se puede hablar de un punto, un instante en la vida del ser humano en que la evolución se vuelva involución. Generalmente, empieza a los 60 ó 65 años, edad en la que también el cuerpo da señales de cansancio”, agrega la profesional.
Según el doctor Roberto Concha, geriatra de Clínica Vespucio, “existen diversas variantes a considerar que nos podrían indicar el inicio de los llamados años dorados, como la edad biológica, la de jubilación, la menopausia, entre otras. Pero, en general, en los distintos países se considera la edad legal de jubilación, que en nuestro país es 60 años para la mujer y 65 años para el hombre”.
El especialista sostiene que “las personas mayores, generalmente, deben mantener estabilizadas sus patologías médicas en base al cumplimiento del tratamiento instaurado y a las visitas y controles periódicos con su geriatra y mantener un estilo de vida saludable, respetando una alimentación sana y balanceada, evitando alcohol y tabaco y manteniendo una actividad física regular acorde a sus capacidades. Además, es muy importante que las personas mayores se mantengan activas psicológica y socialmente, participando en grupos asociados y actividades recreativas y deportivas”.
MÁS ENERGÍA
Hace algún tiempo, integrar la nómina de adultos mayores era considerado un problema para sus familias o para ellos mismos. En general, se quedaban en sus casas realizando las labores del hogar, viendo televisión o leyendo. Hoy, la situación ha cambiado radicalmente y podemos ver a nuestros abuelos más activos, con variadas actividades diarias y un sinnúmero de amistades con quienes compartir salidas de recreación, deportivas o sociales.
Por lo anterior, es de suma importancia que los adultos mayores entiendan que si desarrollan sus propios espacios, dando cabida a diferentes actividades, lo más probable es que su vida se prolongue aún más y se lleve de la mejor manera posible.
El doctor Concha puntualiza que “generalmente, existen en todas las comunas centros de actividades del adulto mayor que organizan viajes, excursiones, clases de baile, guitarra, computación, bridge, actividades físicas y culturales, entre muchas otras, que pueden llenar la vida del adulto mayor de alegrías y diversión y lograr que el tiempo disponible sea provechoso física, psicológica y biológicamente”.
De lo anterior se desprende que llegada esta etapa, debemos entender algo tan simple como que la conservación de nuestras capacidades está ligada a un razonable ejercicio de las mismas y que eso depende sólo de nosotros. Nadie nos puede obligar a hacer deportes, nadie nos puede obligar a salir con amistades, ni nadie nos puede obligar a integrar grupos solidarios si es que nuestras ganas y disposición no lo permiten.
El especialista de Clínica Vespucio finaliza mencionando que “las personas de la tercera edad pueden tener patologías asociadas, que si están compensadas, no inciden mayormente en su vida. Y si el adulto se preocupa por mantenerse saludable y aprovecha y disfruta las actividades que existen para mejorar su calidad de vida, puede fácilmente vivir feliz y pleno”.
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