En el abismo del bosque te encontré a paso lento, mi corazón aceleraba y al mismo tiempo me buscabas... Eras extravagante e impaciente, al ver brillar tus ojos me di cuenta del mundo en el que estamos, al ver tus ojos me transformé en una droga, sentí la maravillosa agonía que existía en el viento, era el más puro y contemplado Universo... Ese que me llevaba a volar a tu piel, ese el que me hacía suspirar a mil por hora...

¿Existirás algún Mundo para los dos? Donde las llamas arden por nosotros, donde los vientos aporrean mi cara y me elevan el cabello, donde las arenas se mueven rápidamente y siento su aroma, donde las flores aromatizan tu esencia, donde los pies descalzos se vuelven tenues al vidrio en el que caminas, donde todo es mágico e irreal, donde la fantasía fluye por mis venas, donde mi felicidad me sale por los poros, donde tus manos sudan y me miras, donde tus labios se paralizan...

Dime, ¿dónde está? En algún sueño imaginado donde visualizas las imperfecciones, donde todo se hace pequeño y la tempestad me abriga junto a ti... Es todo tan hermoso, que hasta yo lo creo irreal... Porque sigue la fantasía en mí, siguen esos sueños hermosos... ¿Sabes dónde está?
en el bosque aún los árboles se movían fuertemente, porque nuestra energía suavizaba las hojas y el viento nos acorralaba... Hasta la radiante Luna llena nos llamaba, nos anunciaba algo para siempre, algo incomprensible, saciable, dulce y a la vez amargo... Apretabas tus manos junto a tu palma, las estirabas y las escondías... y me mirabas con una sonrisa increíble... Mágica...

Creo que lo he encontrado... Pero dime, ¿dónde está? Correría mil por horas, tomados de la mano... Está escondido en algún lugar que hasta hemos suplicado el dolor, hemos apreciado nuestras huidas, fatigábamos el hambre... Pero aún así nos cansábamos de encontrarlo... A veces miraba el cielo, las estrellas hermosas como me encantaba mirarlas, brillantes, resplandecientes, pura y blancas como tus manos... Esperaba que me guiara... Aún así se formaban dibujos falsos donde sabias que nunca ibas a llegar... ¿En alguna Nebulosa extravagante estará?,

No lo creo, aunque podríamos ir a ver... Nuestra mente inconsciente nos avisa de lo que a nuestra alma le inquieta, de nuestras aspiraciones en este mundo, de nuestros fallos del pasado, de esas cosas que nos aterran. Y entonces soñamos con gente que nunca hemos conocido ni conoceremos, con lugares dispares en los que nunca hemos estado, ni estaremos…
Cállame...

Es tu turno.


Hasta el aire me huele a ti.

Desconozco autoria