Tanto tiempo sin tenernos ni hablarnos. En soledad nostálgica deprimente. Con ese matiz oscuro que a veces nos inunda de tristeza y desvelo, de cansancio, rutina y miedo.
Soledad al no tenerte y existiendo. Ansiedad de no tocarte, lo siento. Más intenso que el sabor amargo de la ausencia de mi alma.
Ilusiones que me engañan y marean mi realidad etérea que vuela hacia el recuerdo cuando fuimos y no pudimos.
Cuando amamos y las palomas volaban formando corazones. Me perdía en tus bosques, en tus montañas y arrecifes, se desbordaban mis pasiones y mis manos temían perderte.
Como el pato que cuida, la laguna donde bebe y nada, quiero cuidarte por siempre por ser la parte que marca, que dicta o que pauta y me da la vida o muerte.
Autor: Pablo Cerda. 28-Octubre-200
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