COMPARTIENDO
Varios hombres habían quedado encerrados por error en una
oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo,
y uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que
daba era tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al
hombre, sin embargo, se le ocurrió que con su luz podía ayudar
a que cada uno de los demás prendieran su propia tea y así
compartiendo la llama con todos la caverna se iluminó".
Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song: ¿Qué nos enseña,
maestro, este relato? Y Hu-Song contestó: Nos enseña que
nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con
el prójimo. Y también nos dice que el compartir nuestra luz no
la desvanece, sino que por el contrario la hace crecer.
El compartir nos enriquece en lugar de hacernos mas pobres.
Los momentos más felices son aquellos que hemos podido
compartir.
La verdadera amistad es flor que se siembra con honestidad,
se riega con afecto y crece a la luz de la comprensión. De igual
modo si iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines a otro
corazón, así se pueden llegar iluminar a miles de
corazones con amor.
(Hu-Song, filósofo de Oriente)