En la madrugada quieta, silenciosa, seré para ti mas mujer que nadie. No he de ser tímida, ni vacilante, seré contigo intrépida, decidida.
En tus noches oscuras y cansadas, mi piel será sosiego a tus pupilas. Mi regazo cojín a tu cansancio. Beberé tus ardores apresurada.
Seré tuya en entrega desquiciada; Saciaré esa sed antes reprimida. Te viviré cada instante complacida, tus caricias serán pan para mi vida.
Has de mí no solo tu esposa; Tu amante. Estréname cada noche sin medida ven a mi ya, vivo solo esperándote ¡Con aliento de tu boca, dame vida! |