Iba una tortuga por la gran ciudad, iba despistada con tanto autocar; buscaba una tienda quería comprar, un sombrero nuevo y medias un par. Se compró un sombrero con cintas de seda y tan elegante, salió de la tienda. Pasaban los coches, cruzó una furgoneta, pasó un camión y tres bicicletas, y la tortuguita escondió su cabeza. Pero cuando de nuevo su carita asomó, pobre sombrerito se lo atropelló, un camión muy grande de color marrón. La tortuga dijo: ¡Qué fatalidad! yo me voy al río, que asco de ciudad.
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