Un estudio de la Universidad de Londres comprobó los efectos del desorden del sueño en el sistema neurológico.
Quienes no tuvieron un ciclo de sueño regular mostraron deficiencias cognitivas en la vejez.
La investigación de la Universidad de Londres reveló, además, que las personas que tienen un mal sueño entre los 35 y los 55 años posiblemente verán reducidas su capacidades cognitivas cuando lleguen a la vejez, en una medida equivalente a si tuvieran entre cuatro y siete años más de su edad.
El fenómeno puede ser explicado en tanto la velocidad de la vida que llevan las personas en la actualidad.
"El esfuerzo por conciliar el trabajo con la vida está causando que las personas disminuyan sus tiempos para dormir, con el fin de lograr todo lo que se espera de ellos. Nuestro estudio sugiere que esta dinámica puede tener efectos adversos sobre la función cognitiva", manifestó Jane Ferrie, investigador líder de la Escuela de Medicina de la universidad londinense, al sitio web HealthDay.
La cuota de sueño adecuada según la investigadora es de siete horas, tal como lo han señalado estudios anteriores, aunque "muchas personas pueden funcionar perfectamente con un dormir normal de un poco más o menos horas". Esto considerando que no se debe bajar de las seis horas y tampoco superar las ocho
El experimento, según publicó la revista Sleep, comenzó en 1985 con 5.431 hombres y mujeres, se hicieron controles en 1997 y 1999, mientras que posteriormente en el periodo 2003-2004 se evaluó finalmente a los participantes.
Mientras quienes mantuvieron un sueño normal de siete horas, el 25 por ciento de las mujeres y el 18 por ciento de los hombres que dijeron dormir menos de seis horas exhibieron una menor respuesta en exámenes de razonamiento, vocabulario y en los estados cognitivos globales.
Lo mismo ocurrió con 7,4 por ciento de las mujeres y el 8,6 por ciento de los hombres que dormían más de ocho horas, los que obtuvieron puntuaciones más bajas en seis pruebas de la función cognitiva, de ellas destaca las de memoria verbal a corto plazo.
La disminución de estas capacidades se suman a los consignados en otros estudios como la liberación de sustancias químicas vinculadas a enfermedades del corazón, derrames cerebrales y otros males como hipertensión y aumento de colesterol, diabetes y obesidad.