Quise escribir poesía; me levanté con ganas de escribirle a la vida.
Me sorprendió la mañana con los ojos cansados y mi almohada mojada.
Vi mis versos volando por amargas montañas, de recuerdos ingratos.
Se fugaban mis versos mal heridos lloraban con las alas quebradas,
sobrevolaban mi alma pero ninguno de ellos se paró en mi ventana.
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