El tabaco es la planta solanácea conocida científicamente con el nombre de Nicotina Tabacum. De sus hojas, debidamente secadas, se fabrican los cigarrillos y demás especialidades que son consumidas por los adictos prendiéndoles fuego y aspirando el humo, masticándolas u oliéndolas.

Es originaria de América y se considera que su nacimiento fue el 13 de octubre de 1492, cuando Colón menciona en su libro de bitácora el hecho del ofrecimiento de hojas de tabaco que le realizaron los nativos. Estos las usaban con fines religiosos, como parte de prácticas mágicas y como uso cotidiano fumándolas; y los exploradores españoles no tardaron en imitarlos. Cortés fue el primero en llevar semilla de tabaco a Europa. Al principio, durante casi un siglo, se creyó que tenía virtudes curativas y se le llamaba "herba sancta" y se recetaba en pomadas y jarabes para dolencias diversas. Pero también, hubo gobernantes que la combatieron al ver sus efectos negativos. Pese a las prohibiciones, el mal hábito se difundió explosivamente y tuvo un gran auge durante las dos guerras mundiales, convirtiéndose en una próspera industria (casi la mitad de la población del globo fuma).

Últimamente la toma de conciencia y la evidencia de los daños que su uso provoca a
a la salud, han determinado una merma notable en su consumo.

El tabaco contiene gran cantidad de tóxicos. El más nombrado es la nicotina, un poderoso veneno (2 gotas matan a un perro). Un cigarrillo contiene 25 mg de nicotina, de los cuales 4 mg se inhalan al fumarlo y 2 mg pasan al aire, dañando a quien sin fumar lo respira; por lo tanto el fumador no es solamente suicida sino también un asesino. Un no fumador puede inhalar, en un ambiente cerrado y contaminado por humo de tabaco, el equivalente a un cigarrillo por hora, convirtiéndose en un fumador pasivo.

La nicotina tiene un efecto dual, primero estimula y luego deprime. Si observamos sus efectos sobre el corazón veremos que aumenta, en promedio, 10 latidos por minuto, que hacen 600 por hora, 432.000 al mes y 5.256.000 en un año; es fácil estimar el efecto de este exceso de trabajo. Es ese efecto estimulante inicial de la nicotina, el causante de la adicción, pues el fumador al terminar el cigarrillo y sentir depresión vuelve a encender otro.

Pero la nicotina no es el único veneno del tabaco, también están presentes el alquitrán (principal causante del cáncer de pulmón) y el monóxido de carbono (el mismo que se desprende de los braseros y que en invierno suele causar tantos accidentes fatales). A estos tres villanos se suman: nicoteína, isonicoteína, nicotoína, ácido cianhídrico, amoníaco, alcohol metílico, formaldehído, piridina, compuestos pirrólicos, furfurol, colidina, ácido prúsico. A los que se les ha agregado el polonio radioactivo o polonio 210 con propiedades cancerígenas.

Todos estos compuestos venenosos agreden de mil formas al cuerpo humano y determinan múltiples enfermedades molestas, invalidantes y mortales. Entre ellas encontramos: hipertensión, taquicardia, infartos, obstrucciones capilares, bronquitis, tos, enfisema, cáncer de pulmón.

Las estadísticas son concluyentes, un fumador de dos paquetes diarios tiene una posibilidad en 10 de contraerlas, un fumador de un paquete diario una posibilidad en 36 y un no fumador una posibilidad en 270; creo que no cabe discusión al respecto.

A los trastornos ya menciona dos podemos agregar: insuficiencia, intoxicación y degeneración hepática; derrames cerebrales; disminución de la agudeza visual y auditiva; neurosis; anorexia; daños en la piel, arrugándola y envejeciéndola. La diabetes y el bocio empeoran por el efecto tóxico. Además, existe pérdida del vigor sexual muy notoria y alarmante; abortos y esterilidad. Absolutamente ningún órgano escapa a la acción nefasta de este veneno letal.

El fumador debe tener presente para disminuir los riesgos tóxicos del fumar lo siguiente:

• Fumarlo menos posible,
  
• No aspirare! humo,
  
• Fumar lento y espaciado,
  
• Fumar al aire libre,
  
• Mejor si usa pipas, que deberá mantener limpias,
  
• Los cigarrillos con filtro son mejores que los sin filtro,
  
• El mismo cigarrillo sirve de filtro, por lo tanto, no se lo debe fumar hasta el final. Se lo debe arrojar al haber usado 2/3 o mejor la mitad,
  
• No encender nunca un cigarrillo apagado,
  
• No fumar en ayunas,
  
• Recordar que un cigarro equivale a 4 cigarrillos,
  
• Tratar de hacerlo imposible por dejar de fumar.
  

No resisto relatarles una anécdota. Al terminar de atender a una nena de 7 años, que estaba acompañada por sus padres, ésta me dijo: "Doctor le voy a pedir un favor. Convenza a papá y a mamá para que no fumen más. La maestra nos explicó que el padre de un compañerito nuestro murió de cáncer de pulmón por fumar. No quiero que se mueran y me dejen solita". Miré a los padres. Bajaron la cabeza avergonzados. No encontré argumentos superiores a los pronunciados por esta criatura.

Autor . Doctor Giraldo Motura