De los hombres de mi vida poco tengo
sólo unas pocas lágrimas de sed
sólo unos pocos recuerdos de intimidad.
De los hombres de mi vida
poseo los recuerdos resguardados e imperdurables
la idea que me hace nostálgica
las presiones de sus manos en mi cuerpo
la vida gris que me tocó vivir
el alma intacta de pétalos
que nunca más quisieron ser acariciados por las mismas manos
de esos hombres sin lecho.
Ellos me lanzaron a sus brazos
provocaron en mí la transformación
según sus requerimientos
me llevaron tan lejos del sueño
y cuando convencida estaba del amor de todos ellos
me vi embrutecida y asqueada de perdón.
Entonces renazco y vuelvo a caer
y me levanto y tropiezo con sus huellas
y ya cansada estoy de amoríos tenues
de pieles extranjeras a la mía
de besos no recíprocos
porque sólo de tu alma y aura necesito vivir
y ya no de aquellas que pertenecían
a esos hombres que forjaron mis caricias
esos hombres de mi vida.
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