Mi amigo Angel
Yo me encontraba sola, sin nadie en quien confiar. No creía en nada, mucho menos en el valor de la amistad.
Pasaba por un mal momento mi alegría se trasformaba en llanto. Mi corazón se fue desilusionando. No sabía que estaba pasando.
Mucho tiempo estuve Pensando, ¡que seria de mí! Rezé por mucho tiempo, solo pedía un amigo, alguien para mí.
Luego pasó algo raro, algo peculiar. Conocí a este chico que tenía algo particular.
Él tenía algo que me hacia pensar, tal vez su cara de ángel, o su ternura al caminar. No eran cosas de alguien tradicional.
Desde aquel día supe, que tenía enfrente alguien especial. No sé si era su sonrisa o solo su forma de pensar.
Lo fui conociendo, comencé una amistad. Poco a poco fui entendiendo: Él es mi ángel hecho verdad.
¡Es un milagro! Ese amigo que tanto deseaba. No lo podía creer, al frente mío se encontraba,
Él me ayudo a seguir, me decía: “yo estoy aquí para ti”. Me hizo entender que no todo era feliz, que por más que quisiera, así era el vivir.
Ese ángel me siguió mostrando la vida. Aunque mucho no lo conocía, algo dentro de mí me conmovía... hasta que dolido lo encontré un día.
Su sonrisa fue decayendo. Sé que sufría, mas no sabía cuanto le dolía. Lo veía, y de dolor moría.
El porta una enfermedad, algo que no sé como explicar. Le esté destruyendo su cuerpo, aunque lo fortalece por dentro.
Ese ángel que sufre aquí en la tierra me han enseñado a vivir. Pues en estos pocos meses, me lo ha demostrado, no todo es reír.
El cayó del cielo su caída fue muy dura, tan dura que hasta su rodilla se encuentra con rotura.
No sé lo que el futuro le depare, solo se que tiene a Dios de su parte. Su corazón de hombre lo ha salvado, su alma de Ángel lo ha liberado.
Eres mi Ángel, mi ejemplo a seguir pues solo en ti he podido ver, el verdadero significado querer y poder
¡Te quiero como a nadie! Eres el mejor amigo que he podido tener. Por eso te quiero agradecer, tu amistad… tu forma de ser…
Sé, soy insoportable, nada fácil de entender. Así que me tendrás que ver hasta que nuestra amistad deje de florecer.
Por eso amigo mío, te quiero prometer, que pase lo que pase, yo ahí estaré.
Tú sabes que lo haré, Ángel, nunca te olvidaré. Siempre te apoyaré… ¡hasta la luna te acompañaré!
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