Yo me propongo al morir
ciertos órganos donar,
Que a enfermos sin porvenir
puedan sus vidas salvar.
Que mis ojos sigan viendo
la belleza de la aurora
y así seguiré viviendo
cuando me llegue la hora.
Si necesitan riñones
tengo un par en buen estado
y dos potentes pulmones,
porque yo nunca he fumado.
Mi corazón donaré
y que otro siga viviendo.
Yo, por lo mucho que amé,
quiero que siga latiendo.
Para un gran necesitado,
mi pene será donado.
Que lo use sin recato
que esta bien acostumbrado.
Que lo ponga a fornicar
y ningún polvo rehúse,
él no se va a gastar
por más que se lave y use.
Me reservo lengua y boca
porque soy conservador,
sería triste si le toca
a algún viejo mamador.
Y no las voy a donar
pues no sé qué sentiría,
si alguien se pone a mamar
con la lengua y boca mías.
El culo, NI MENCIONARLO!!!
pues corre un riesgo mayor.
No me propongo donarlo...
Pensarlo me da terror.
¿Qué pasa si un cirujano,
con una aviesa intención
se decide a trasplantarlo
a un paciente maricón?...
Pues es un hecho bien cierto,
lo digo sin vanidad:
Qué triste, ya estando muerto
Perder la virginidad!
La perspectiva me aterra,
lo digo sin disimulo.
Tanto cuidarlo en la tierra
y muerto...¿Entregar el culo?
(Recibido en mi correo)