Me gustaría hacerle el amor, por lo menos una vez en la corta vida que tengo, me gustaría que nuestros cuerpos se unan entrelazados sobre el brillo blanco de las sábanas y sentirnos a cada roce piel a piel, escuchar el rápido palpitar de nuestros corazones tanto de nuestra respiración ocasionados por el éxtasis de la felicidad mutua, en la que nos podamos consumir con un simple suspiro mutuo de tanta pasión, amor y felicidad, quisiera tener a mi mujer entre mis brazos para poder abrazarla y poder besarla en ese íntimo momento como si el mundo se fuese a acabar…
Observar atentamente su linda figura, y recorrerla cada vez más y adentrarme a los misterios de su templo de divinidad, para poder llegar a su tan apreciado ser. Inhalar el embriagador aroma que emana al tocarla, ocasionando que se impregne en mi piel al delicado roce contra ella. Quisiera recordar cada línea bien torneada de su hermoso, pequeño y exquisito cuerpo de mujer. Seguir corriendo de sus lindas piernas, pasar por su exquisita vagina y beber el dulce néctar sabor manzana que emana sin cesar de allí, transferirme por el monte de Venus, para recorrer sus suaves dunas de su vientre, pasando por sus frondosos, tibios y delicados pechos, para poder así terminar en su suave y jugosa boca de sabor violeta sexo.
Mi deseo de entrar sobre ella tantas veces, mientras que al darme cuenta derramar lágrimas corriendo sobre mi regazo por la emotiva felicidad que emana aquel acto de amor puro, para el que lo ve como arte más no como morbosidad. Al morir quisiera tener esos íntimos recuerdos en mi mente antes de desfallecer, llevarme conmigo algo que valió tanto la pena, por hacerlo con esa persona a la que en verdad he podido amar
Desconozco autor
|