Cuenta la leyenda que Narciso era un hermoso muchacho que todos los días iba a contemplar su propia belleza en el lago. Estaba tan fascinado por si mismo que no podía mas que pasar horas y horas contemplándose en las claras aguas. Un día se quedo tan embelesado mirando su propia imagen , que cayó dentro del lago y murió ahogado.
Cuentan que en el lugar donde cayó, nació una hermosa flor a la que llamaron Narciso.
Decían que cuando Narciso murió, vinieron las Oréiadas-diosas del bosque- y vieron el lago transformado de un lago de agua dulce en un cántaro de aguas saladas.
¿Por que llora?- preguntaron las Oréiadas.
- Lloro por Narciso - respondió el lago.
- Oh, no nos extraña que llores por Narciso - prosiguieron diciendo ellas- al fin y al cabo, a pesar de que todas nosotras le perseguíamos siempre a través del bosque, vos erais el único que tenia la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
- Entonces, ¿era bello Narciso?- pregunto el lago.
-¿ Quien sino vos podría saberlo?- respondieron sorprendidas las Oréiadas-. Después de todo, era sobre vuestra orilla donde el se reclinaba todos los días.
El lago se quedo inmóvil unos instantes. Finalmente dijo:
- Lloro por Narciso, pero nunca me había dado cuenta de que Narciso fuese vello.
Lloro por Narciso, por que cada vez que el se recostaba sobre mi orilla, yo podía ver en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada.