La Carta que no leerás...
En ella puedo decirte que: ¡Te Amo.....!, casi con el Amor adolescente que creí perdido en la distancia de una herida.
Sé que nunca la leerás, y sin embargo escribo.
Es hacerte saber sin que lo sepas,
lo que tal vez, al mirar en mis ojos descubriste.
¡Si.....!
¡Te Amo...! Desde el silencio obligado.
Desde un grito en el mutismo, Desde un vacío pecho sin luz,
que iluminaste. Desde el latido de un corazón herido,
que ha vuelto a sangrar...
Como un castigo.
¡Te Amo...!
¡Si. Te Amo...! Y puedo gritarlo en el silencio de lo que llevo dentro. En el continuo y perpetuo desencuentro de un camino. En el beso del aire que te envuelve, En la caricia de una brisas sin destino.
Y te diré un misterio
“Que muchas veces al mirarte siento, que tu también me Amas...
En secreto...!
Pero en verdad no es cierto.
De tanto Amarte me parece,
que estás sintiendo lo que siento. Y sé que no es verdad...
Que es el anhelo, que la ondulante ola de amor
que hube emitido, vuelva en gigantes vaivenes repetidos.
No la leerás jamás.
Y sin embargo escribo... Si llega hasta ti, por esas rarezas del destino, no advertirás que es a ese:
¡Tu corazón...! Que la dirijo...
¡Te Amo en la pureza de las rosas, que blancas,
regalara en mis poesías.!
¡Te Amo...! Con la fuerza del silencio que se inmola a si mismo. En el martirio de dejarte volar,
como paloma, que ha de formar lejos de mi su nido.
¡Si...!
¡Te Amo...!
¡Y qué...! Lo acepto...
Así ha sido siempre mi destino: "Silenciar el corazón en sus latidos".
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