Una persona triunfadora no es
la que construyó grandes ciudades
y estructuras administrativas,
es la que supo cómo construir un hogar.
No es la que tiene un móvil,
es la que siempre sabe hablar con sus hijos.
No tiene e-mail,
pero conoce y saluda a sus vecinos.
No ha ido al espacio exterior,
pero es capaz de ir hacia su espacio interior
y, sin haber realizado
grandes obras arquitectónicas,
supo construirse a sí misma
y fue,
como dice el poeta,
la cómplice de su propio destino.
De la red.
