Tema del día:
¿Vale la pena ser bueno?
• 1) Para saber
José Luis Martín Descalzo (1930-1991)
fue sacerdote y renombrado escritor español.
También dirigió varias revistas y un programa televisivo.
Sus artículos, basados en hechos cotidianos,
como parábolas, tratan de dar una respuesta de
esperanza al dolor humano, utilizando un
lenguaje sencillo y a la vez hondo.
Su testimonio y su obra permanecen vivos,
extendiéndose hoy por todo el mundo.
Ahora uno de sus relatos.
• 2) Para pensar
Es la Historia de Piluca.
Resulta que, en el colegio donde era
capellán el padre José Luis, había dos
niñas hermanitas –Piluca y Manoli– que eran
especialmente simpáticas y “diablillos”.
Un día, hablándoles a las mayores
(y a Piluca entre ellas) les dijo que todos
los que nos rodean son imágenes de Dios y
por eso ellas debían tratar a sus padres y
a sus hermanas, como si tratasen a Dios.
Piluca quedó impresionadísima.
Aquel día, Piluca coincidió con su hermana
pequeña en el ascensor.
Y, como Piluca iba cargadísima de libros,
pidió a Manoli: "Dale al botón del ascensor".
"Dale tú", respondió la pequeña.
"Dale tú, que yo no puedo", insistió Piluca.
"Pues dale tú, que eres mayor", replicó Manoli.
Y, entonces, Piluca sintió unos deseos
tremendos de pegarle a su hermanita.
Pero, como un relámpago, recordó:
¿Cómo la voy a pegar si mi hermanita es Dios?
Y optó por callarse.
Luego, jugando, se repitió la historia.
Y comiendo.
Y por la noche.
Y todas las veces que Piluca sentía deseos
de estrangular a su hermana, se aguantaba
porque no estaba nada bien estrangular a Dios.
Al día siguiente, Piluca trajo jalando a su
hermanita con lágrimas en los ojos, y le
dijo al capellán: "Padre, explíquele a mi
hermana que también yo soy Dios,
porque así no hay manera de vivir."
El capellán se rió muchísimo y trató de explicárselo.
Sin embargo, se puso a pensar:
¿Ser buena persona es llevar las de perder?
En un mundo en el que todos pisotean, si tú
no lo haces ¿no estarás llamado a ser un
perdedor? ¿Es "rentable" ser bueno?
• 3) Para vivir
Pareciera que ser bueno es enfadoso, que en
este mundo es más rentable ser un buen
ladrón que un buen trabajador, que
para hacer millones hay que olvidarse
de la moral y de la ética.
Pero, si uno piensa un poquito más,
no es tan sencillo.
¿Es seguro que ese tipo de "triunfos"
son los realmente importantes?
El escritor respondía que estaba dispuesto
a apostar porque, a la corta o a la larga, ser
buena persona y querer a los demás
acaba siendo rentabilísimo.
Interiormente, uno se siente muchísimo más
a gusto y contento cuando ama que siendo
egoísta. Dice el autor que moriría pobre
a cambio de morir queriendo.
Además, sucede que el amor produce amor.
Con excepciones, claro, pues siempre habrá
desagradecidos o traidores. Sin embargo,
afirma el escritor, que apostaría a que quien
ama a diez personas, acabará recibiendo el
amor de alguna de ellas, aunque no todas.
Cristo curó diez leprosos y sólo uno volvió a
darle las gracias.
Tal vez esa sea la proporción de
lo que pasa en el mundo.
Aún así, ser querido por uno de los diez
a quienes hemos querido,
¿no es ya un éxito enorme?
Por eso será bueno eso de amar a la
gente como si fuesen Dios, aunque no nos
traten igual.
Y si lo vemos desde el punto de vista
espiritual, ser bueno da el ciento por uno,
rentabilidad que no da ninguna
acción de este mundo.
Pbro. José Martínez Colín