ARMONÍA
Todos los acontecimientos que tienen lugar en mi vida y
todas las personas con las que me relaciono me enseñan
valiosas lecciones. Mi vida viene en oleadas, con experiencias
de aprendizaje y periodos de evolución y renovación.
Necesito partir del espacio de amor de mi corazón y
considerar a cada persona en este planeta alguien que
necesita ser amado y valorado. Y así el mundo será un lugar
mucho mejor para vivir.
Amo, valoro y apoyo a todas las personas de mi vida.
Contribuyo a crear un planeta sano donde todos
prosperemos y vivamos dichosos y tranquilos. Amo la
naturaleza y estoy en armonía con ella, convierto la tierra
en un fértil jardín. La tierra es verdaderamente nuestra
madre, y la necesitamos para sobrevivir. Si no la cuidamos
nosotros, ¿quien lo hará? ¿Dónde viviremos? Procuro
que mi relación con la naturaleza sea amorosa y armoniosa.
Estoy en armonía con la naturaleza. La cuido y la protejo.
Dios, el Poder Universal ama a todas sus creaciones, y por
ello me ha dado el libre albedrío, para que tome mis propias
decisiones con toda libertad. Es un poder benévolo y
amoroso, que lo dirige todo hacia el bien en nuestra
vida cuando se lo permitimos. Es el puro amor incondicional,
comprensivo y compasivo, y espera con paciencia a
que aprendamos a comunicarnos con él.
Mi mente esta siempre conectada con la Sabiduría Divina.
La alegría y la felicidad están en el centro de
mi mundo.
Dejo de juzgarme. Dejo de juzgar a los demás. Todos estamos
aquí en la tierra para aprender y crecer. En lugar de
juzgar, trato de comprender. Soy amable conmigo y con
los demás mientras están aprendiendo. Recuerdo que
todos hacemos lo mejor que podemos hacer con
los conocimientos, el entendimiento y el nivel de
conciencia que tenemos en cada momento.