No se porque el destino, se
empeña en hacer sufrir
a personas que sólo buscan el
amor.
Un amor que sea sincero, que
mire sus defectos
y sus cualidades.
Un amor que sea tan pequeño,
para
que con el pasar del tiempo se vuelva más grande.
Un amor que sea tan limpio,
como la carita de un ángel.
Un amor que mire mas allá de
lo distante,
un amor que se refleje en los ojos
como aquella estrella
brillante,
un amor sin rencores
como Dios amó a su
padre.
Un amor con perdón,
como
la madre prudente que se hizo más grande,
un amor que sea ardiente,
para
que pueda pasar por el fuego.
Un amor de cristal,
como una copa para
brindar.
Un amor sin perjuicios, claro
como el mar, tan verdadero que no se pueda terminar.
Un amor sin celos,
porque no hay duda en amar.
Un amor tan dulce, como la
miel de un panal.
Un amor sin gritos, para poder hablar, un amor de
hermanos, para poder confiar.
Un amor blanco, como la espuma del
mar.
Un amor sin reclamos,como la
tierra hacia el Sol,
un amor sin envidia, como sea su esplendor; un amor que
se vea a lo lejos de aquel fervor, que se pudo lograr con el corazón.
Un
amor lleno de simpatía por la razón que tenía, al saber que su alma ya no
viviría.
Un amor sin barreras porque
así lo decidió, un amor sin obstáculos porqué nunca existió.
Un amor de
tiempo, el que se consumió.
Un amor sin límites, porqué
se acabó.
Un amor así nunca existió, solo en nuestra mente y en nuestro
corazón.
Solo palabras, fueron dentro
de tu amor, solo se contemplaron aquí muy dentro, solo para darme cuenta que no
existió, solo para saber que me convenció de ser libre como el viento, pero
presa por tu amor, un amor, tan lindo que nunca existió.
Colaboración de Yazmín Elizabeth Muñoz
Rivera