Piensa en un rio que se deslice montaña arriba, puedes lograr el efecto en tu pensamiento, pero resulta algo absurdo el esfuerzo, teniendo en cuenta que no nos aporta nada, salvo ir a contracorriente con la realidad de la lógica.
Probablemente te estés preguntando que es real y que no lo es, puedes estar pensando que la línea que separa lo lógico de lo ilógico es tan fina, que solo depende de una interpretación subjetiva y que aleatoriamente acaba rompiéndose en demasiadas ocasiones, así que pensar en un rio que fluye del revés, podría tener sentido para alguien aunque fuera metafóricamente.
Si ahora te invitara a pensar en tu vida como si fuera ese rio fluyendo de la nada ¿Qué dirección tomaría?, Tal vez podríamos dar un paso hacia atrás y observarla desde fuera, sentir su movimiento, contemplar los obstáculos que superamos adaptándonos al entorno o creando remolinos a nuestro alrededor, pero independientemente de la fuerza o la mansitud de nuestra corriente, el agua sigue su camino sin detenerse, igual que el tiempo avanza infatigable, eso no lo podemos elegir.
Sin embargo si piensas que puedes influir en el trayecto y en la manera en que lo vives, estás en lo cierto y como alguien dijo antes que yo, si piensas que no puedes influir en ella porque todo está escrito o porque has decidido cerrar los ojos a la vida, seguramente también tengas razón. Siempre podemos elegir nuestras creencias y por suerte cambiarlas cuando queden obsoletas.
Brisa Urbana
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