El jabón se sigue fabricando como hace cienos de años, con la diferencia que los artesanales no generan la espuma que si entregan los de la cosmética moderna.

Para introducirse en este mundo sólo hay que tener disposición, los utensilios básicos y creatividad para crear los olores y esenciales personales. Y, por supuesto, tener el libro Jabones naturales, para hacer en casa con aceite de oliva” de Mar Gómez, en editorial Océano-Ambar.

Los tres ingredientes básicos son: agua (o zumo o leche), la sosa cáustica y el aceite, siendo el de oliva el que comúnmente más se usa. El agua a utilizar debe ser lo más blanda posible, preferentemente destilada para que tenga la menor cantidad de minerales posible.

La sosa es la encargada de reaccionar con el aceite y producir los ácidos grasos y la glicerina, que en los jabones caseros no se separa. Y el aceite, por ser rico en vitaminas, minerales y proteínas se transforma en un elemento fundamental, pero que a la vez permite mayor posibilidades de adaptaciones.

Los aceites más comunes para hacer jabón son el de oliva, de almendras,, especiales para pieles irritadas; el de caléndula, que es cicatrizante; los de germen de trigo y lino, antioxidantes y el de palma que otorga suavidad.

Los pasos a seguir para elaborar un jabón son muy simples: se pesan los ingredientes a utilizar. Luego, se coloca el agua junto a la sosa al fuego, llevándolo a una temperatura de 50 a 60°.

Aparte, se calienta a la misma temperatura el aceite y recién entonces se agrega la mezcla de sosa diluida. Se agregan los aditivos elegidos y se revuelve hasta que se consigue que todo espese y quede cuajado.

Entonces, se lleva a los moldes y se deja enfriar.

Jabón de polen o pan de abejas

Los materiales son:
- 213 gr de agua mineral,
- 85 gr de sosa,
- 682 gr de aceite de oliva virgen,
- una cucharada sopera de polen granulado,
- 15 gotas de aceite esencial de menta,
- 10 gr de cera de abeja.

Cuando la preparación tiene cera de abeja, ésta se incluye en el aceite de oliva, antes que la sosa diluida.