Puesto que hay una gran demanda de la agua para beber y la falta de esta, algunos paises han recurrido a un proceso llamado desalinización, el cual consiste en extraer la sal del agua de mar a fin de convertirla en apta para el consumo humano.
Para conseguirlo, uno de los métodos más efectivos es através de la ósmosis inversa o ultrafiltración, que consiste en aplicar presión para obligar a un líquido a pasar de un lado a otro a través de una membrana que retiene los sólidos.
Aunque este proceso existe desde hace unos treinta años, nunca se había aplicado de manera industrial. Uno de los principales problemas que la desalinilización presenta es el elevado costo del proceso; sin embargo, debido a la demanda los precios han comenzado a disminuir.
Otro inconveniente es el riesgo ecológico que derive de la demanda, pues cuando las plantas procesadoras extraigan grandes cantidades de agua del océano, también arrastrarán con ella peces o corales, lo que afectará el ecosistema marino.
Fuente: Muy Interesante