Hay momentos en la vida que pensamos en todas aquellas cosas que hecho en
el pasado, pero también pensaremos en todas aquéllas que no hicimos, o lo que es
peor, esas que supuestamente nos propusimos hacer y de las cuales ya ni nos
acordamos. En fin, supuse que hablar sobre el poder creativo daría una luz
especialmente para aquellos que han sentido una especie de vacío interior, o que
desean hacer algo pero no saben bien lo que buscan, lo cual es muy normal.
Siempre me ha llamado mucho la atención la energía creativa. He escuchado
muchas historias sobre cómo funciona este atributo en la gente virtuosa. Los
escritores se levantan por las noches sin poder contener las ganas de escribir
sobre un papel lo que sus mentes les están dictando. No dejarían pasar ni un
momento con el fin de darle palabras a las ideas que tienen dentro. Lo mismo
pasa con los músicos. Las notas vuelan y se van acomodando casi mágicamente
dentro de sí mismos al grado de que casi pueden escuchar claramente la melodía
completa con todos sus instrumentos. Sin embargo, no sólo los artistas tienen
este poder.
Todos lo tenemos dentro. Los ingenieros, los doctores, los científicos, las
amas de casa, las cocineras, etcétera. Todos sin excepción poseemos este
conocimiento de antemano; sólo necesitamos enfocarlo. Mi esposo me decía el otro
día que tenía un problema que resolver con respecto a sus estudios sobre
sistemas computacionales. Al principio quería hablarle a un experto, pero por
alguna razón sintió que lo podía resolver por sí mismo. Se fue a dormir con la
idea en la cabeza, y me dijo que en la madrugada se despertó sobresaltado,
porque supuso que había encontrado la solución del acertijo. Lo vio tan claro en
su mente que no se tardó nada en resolverlo.
Las principales religiones nos han dicho que Dios es el creador del
universo y de todo lo que nos rodea. Pero si ponemos atención, todo parece
indicar que nosotros somos co-creadores. Para bien o para mal, le damos forma a
este mundo en el que vivimos. La creación de Dios le da Razón de ser a Sí Mismo,
y nuestras creaciones nos dan razón de ser a nosotros. Así de importante es este
poder tan maravilloso.
Si lo comprenden de esta manera, se darán cuenta a qué me refiero cuando le
llamo poder. Pero, ¿en qué consiste? ¿Cómo se manifiesta? Voltea a ver a tu
alrededor, incluso la computadora en la que estás sentado, la mesa, la silla,
todo ha sido producto de una idea. Las ideas tienen vida y se manifiestan en
materia y en acciones. Digamos que las ideas están en una especie de campo
magnético al que todos tenemos acceso. Para plantearlo mejor, imaginemos que se
trata de un Internet de ideas, un mundo donde no sólo lo físico se une, sino
incluso las emociones y los pensamientos en más de un millón de posibilidades.
¿Y cómo utilizarlo? Es muy sencillo, la mayoría de las veces el
conocimiento innovador nos llega en el momento en que comenzamos a escucharnos.
Las ideas no tienen palabras específicas. Son más bien sensaciones, nociones de
algo que hemos estado investigando, o mejor dicho, algo que comprendimos casi
espontáneamente, y que viene a nosotros una y otra vez con mayor fuerza.
Muchas veces no sabemos siquiera cómo explicarlo, pero con el paso del
tiempo tiene mejor color. Pueden ser emociones escondidas que quieren ser
expresadas. Si no se manifiestan verbalmente o físicamente, se expresarán en
otras formas de creación, como pasa con la mayoría de los artistas.
En todo caso, la opción es tuya. Tú sabes qué es lo que tu corazón o tu
mente te está dictando. El siguiente paso es concentrarse. Darle la oportunidad
a nuestra mente de buscar como si estuviese en una biblioteca. Toma un poco de
tiempo, pero ya que hayas encontrado la sección que necesitas, las ideas
comenzaran a nacer una tras otra casi sin parar, con una energía bellamente
expresiva y casi mística. Se tiene que aprender a ver la idea clara en nuestra
mente, sentirla, analizarla desde diferentes ángulos y observar bien cada
aspecto que viene con ella. La eliminación de pensamientos que sólo quitan el
tiempo es un detalle muy importante. Procura mantener tu mente receptiva y
positiva. Lo demás comenzará a acomodarse poco a poco.
Pero debes tener en cuenta que la opción es tuya. Conociendo de cerca este
maravilloso poder, en ti está si lo usas para mejorar las cosas o, por el
contrario, de una manera egoísta.