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Parado allí, con mis brazos sobre la cadera, contemplando aquel viejo porton revuelto con sus oxidadas cadenas. Era un desafio, ingresar en el “cementerio misterio”, asi le llamabamos nosotros. Se preguntaran porque, la cosa es que, había gente que afirmaba haber oido extraños sonidos provenientes de este preciso lugar. Puras baboseadas obviamente. O tal ves, esta gente oia cosas, si, oia cosas normales, nada másEntonces continuando, el que sobreviviera al menos 30 minutos en la noche en este cementerio se llevaba un puñado de dinero, todos los competidores del desafio habían puesto dinero en esto. Ya algunos han intentado completar el desafio, nadie lo logro, pues ahora me tocaba a mi. Di unos pasos hacia delante, al estar ya frente a la entrada, un hombre me detuvo. -¡No lo hagas!- Mire para todos lados pero no vi a nadie, luego, de entre la niebla salió un anciano envuelto en un traje con gorro. -No ingreses en el cementerio…- Me dijo, yo, algo enfadado le respondí dandole la espalda -¡No jodas viejo!- Luego, el anciano colocó su mano en mi hombro y cuando estaba a punto de volver a gritarle note que el anciano habia dado unos pasos hacia delante y se encontraba enfrente mio. Pero ¿De quien era esa mano? Me di la vuelta y solo vi la niebla, no había nadie… -Te lo e advertido joven- Me dijo el anciano mirando el cementerio, no le hice caso y trepe por la reja y me pase hacia dentro del cementerio. Una ves dentro mire al edificio que estaba a mi derecha, del lado de afuera del cementerio, alli se encontraban, mirandome a través de una ventana, los demás chicos; comprobando que cumpla con los 30 minutos que a partir de este momento corrian. - Entonces ¿Qué hacer para pasar el tiempo en un lugar como este? Sólo di unos pasos, mirando a mi alrededor, viendo muchas lápidas envueltas por una espesa niebla que me llegaba a los tobillos. ¿Que hacia una niña en el cementerio a estas horas de la noche? La vi a la distancia, vestida con un traje de color rosado. Me acerqué, ella estaba de espaldas a mi y al estar más cerca noté que lloraba. Le coloque mi mano sobre su hombo y le pregunte -Oye niña ¿Qué te ocurre?- Ella se dio la vuelta lentamente y me dijo -E perdido a mi muñeca…- Entonces, creo que ya había algo por hacer en el “cementerio misterioso”. Ayude a la niña a buscar a su muñeca y me sorprendi al verla a la muñeca, estaba afuera del cementerio, pero no podia salir por ella, por mas de que la niña insistió en que saliera a buscarla le dije que no podia, es por eso que la ayude a ella a salir. Al rato de que ella tomó su muñeca, desaparecio en la niebla; eso me parecio al principio, pero tras darme la vuelta y dar unos pasos escuche sus pequeñas pisadas a mi espalda. Me di la vuelta para ver que sucedia ahora y fue cuando descubri algo horrible, el cadaver de una mujer, su rostro no tenía piel, era sólo la calavera putrefacta con pelo largo y pajoso; note que no pisaba el suelo, flotaba a unos pocos centimetros de el. Vestia un vestido de esos que se usan para ir a un funeral, pero estaba destrozado y muy sucio. El cadaver estiro su mano desnutrida y dijo -¡Tu lo mataste!- - Emprendí mi corrida hacia lo profundo del cementerio, aún corriendo mire hacia atras, noté que el cadaver había desaparecido. De repente, me tropese con una lápida y al mirarla noté un nombre “Alex Johnson”. -¡Lo has matado!- Me dijo ella, al parecer se refiria a que había matado al hombre que estaba en esta lápida. No me podía poner de pie, hacía frío, el cadaver de aquella dama se acercaba cada ves más y más a mi, aún flotando, aún estirando su brazo, mirandome con sus agujeros en ves de ojos. Una de sus partidas uñas me roso el rostro -¡Ahora te matare!- Me decía el cadaver, cerre mis ojos. -¡Samantha!- Escuche un grito, el cadaver me sacó la mano de encima, abrí mis ojos y vi que el mismo cadaver se alejaba de mi. Detras de ella vi al anciano que intentó impedir que ingrese en el cementerio -¡Deja al niño en paz!- Ordeno el anciano ¿De qué se trataba esto? Junto al anciano vi a la niña que le decia al cadaver -¡Mami!- -Creo que estoy enloqueciendo- Pensé, peor luego el anciano me explico que ocurria. El era el padre de Samantha, el cadaver, la niña era su hija, y el hombre de la lápida (Alex) era el esposo de Samantha. Eran una familia, un día a Samantha le llegó la noticia de que su esposo había sido brutalmente asesinado y al parecer Samantha no pudo soportarlo que decidió matarse; pero aún su alma acecha el cementerio buscando al culpable de la muerte de su esposo. El padre y la hija de Samantha no era fantasmas, pero al parecer, cuidaban el cementerio, para que nadie ingrese y que muera en manos de Samantha. - -¡Aquí esta tu dinero!- Me dijo mi amigo entregandome mi premio, el puñado de dinero. Luego me pregunto -¿De que huias en el cementerio?- Rei y respondí -De nada… Absolutamente de nada…-
COLABORACION DE: gonzzCABJ
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