dejándome entre tinieblas y sola,
sin importate mis lagrimas y mi dolor,
vencido por el cansancio y el desengaño,
un dia... volverás buscando mi amor.
Y... lo harás desengañado de ti mismo,
de algunas gentes de ciudades diferentes
a la nuestra que sin calor, te acogieron
como peregrino andante que sin ser culpable
o inocente un día, te hicieron
el hueco de la soledad y,
será entonces, cuando pienses,
que dejando atrás tus raíces todavía
te espera un gran amor que te
ha querido y te sigue queriendo de verdad.
Y... volverás cansado, vencido por la desilusión
pero, no entristezcas todavía,
que mi cariño no desfallecido por el desazón,
sigue firme y esperanzado, como el primer día,
y sé también que tu deseas, abrazarme como yo.
Cuando vuelvas, pasa página a tu vida,
a las eventuras y desventuras que te marcaron,
no me cuenes nada, nada, abrazáme y siente
la ternura de mi mirada que está anhelante,
esperando que beses esos ojos que por ti,
tan han llorado.
Olvida y regresa que yo,
todavía te sigo esperando...