La oscuridad al mundo llegó y la rosa del amor marchitó, la tristeza de un adiós aún mi corazón anida y mil dagas en veneno se clavan al tintineante recuerdo, en eso de tu voz que aún en distancia el viento arrastra, y a mí atrae tu dulce voz que martiriza mi alma y perturba mi corazón.
La oscuridad al mundo llegó y una tenue luz de vela, ilumina mi soledad, y brinda su calidez a la par que te recuerdo torturándome y apagando toda esperanza de retorno a tu lado, en compañía de la desilusión que en silencios fulmina, el amor sobrante.
(Paulo Coelho)
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