- ¿Cómo se realiza?
La broncoscopia se realiza habitualmente con anestesia local y algún tipo de medicación previa que disminuye las molestias que puedan causarse como ansiedad, náuseas o tos. Fundamentalmente se utilizan benzodiacepinas de corta duración, antitusígenos y anticolinérgicos y anestésicos locales a nivel de las vías respiratorias. En general es bien tolerada. Es un procedimiento breve, de unos 15-20 minutos. Durante la prueba se registra continuamente el ritmo cardíaco y la oxigenación sanguínea. Frecuentemente se aporta oxígeno durante su realización.
Tras administrar dicha medicación se instila una solución anestésica en fosas nasales y faringe. Se produce inicialmente una sensación de mal gusto, tos y adormecimiento en la garganta, con sensación de no poder tragar o de no respirar, y que se debe a la anestesia de la zona. Posteriormente se introduce el broncoscopio a través de las fosas nasales o la boca. La respiración tranquila y profunda facilita la buena realización de la prueba y su buena tolerancia. Tras avanzar por la faringe y la laringe se llega a cuerdas vocales y pasando a su través a la tráquea y bronquios. Se va colocando anestesia local desde las zonas más externas a las más profundas. Puede requerirse mayor cantidad de anestésico en función de la tos que se produzca. Se explora toda la vía respiratoria y se toman muestras si se considera necesario. La prueba puede realizarse sentado o tumbado. Algunas técnicas se realizan con una visualización simultánea por radiología, con objeto de guiar el broncoscopio o la pinza de biopsia hacia la zona de interés.
¿Hay que tomar alguna precaución después de la prueba?
Cuando se ha utilizado anestesia local en la vía respiratoria el reflejo normal de la tos y la deglución puede tardar en volver 1-2 horas y no se debe tomar comida ni bebida hasta dos horas más tarde. Habitualmente se administran algunas sustancias sedantes antes de la prueba por lo que se recomienda no conducir hasta pasadas varias horas después del procedimiento. En función de las técnicas que se hayan realizado el broncoscopista indicará la necesidad de realizar una radiografía de tórax o vigilar un posible sangrado tras la toma de biopsias. Es normal expulsar una pequeña cantidad de sangre durante los siguientes 1 ó 2 días. Si aparece algún otro problema o el sangrado es más importante se debe contactar con el médico que realizó la prueba. En raras ocasiones se producen complicaciones de importancia.
Las complicaciones posibles dependen del tipo de técnica que se realice y fundamentalmente son fiebre, descenso de la oxigenación, hemorragia, neumotórax, espasmo bronquial y las derivadas de la anestesia (depresión respiratoria o convulsiones) cuando se exceden las dosis adecuadas. La técnica que tiene mayor riesgo es la biopsia transbronquial.
Broncoscopia con fines terapéuticos
En ocasiones la broncoscopia tiene fines terapéuticos como el intento de cohibir una hemorragia y determinar su origen, la extracción de un cuerpo extraño u objeto aspirado a la vía respiratoria o la aspiración de secreciones que obstruyen las vías respiratorias. Además, permite abrir el paso en obstrucciones de los bronquios mayores o tráquea debidas a tumoraciones, tejido inflamatorio, etc mediante distintas técnicas más complejas (láser, terapia fotodinámica, braquiterapia, cauterización o crioterapia) y la colocación de prótesis en tráquea o bronquios mayores en estrechamientos de dichas vías.