Un judío le dice a su amigo catalán: –
Tengo un truco para comer gratis.
- ¡¡Collons!! cuéntame como lo haces.
- Voy al restaurante bastante tarde, pido un entrante,
plato principal, quesos, postre y me tomo todo
mi tiempo para beberme el café, el coñac,
mientras me fumo un buen
puro y espero a que cierren.
Como ni me muevo, cuando ya
recogen todas las mesas,
ponen las sillas sobre las mesas para barrer,
viene el mozo a preguntarme si le puedo
ir pagando porque ya se van.
Entonces le respondo: –
“Pero si ya le pagué a su colega
que se fue antes”. – Es así de simple.
El catalán entonces le dice:
- ¡Qué genial! ¿probamos juntos mañana?
- Ok, le contesta el judío.
La noche siguiente los dos
amigos van al restaurante
y piden: entrante, plato principal,
quesos, postre, etc…
Llega el momento de cerrar,
se acerca el mozo,
les pregunta si les puede cobrar
y el judío le dice: – Lo siento,
pero le pagamos a tu
colega que ya se fue.
Y el catalán agrega:
- Estamos desde hace rato esperando el cambio…
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