1. Busca a alguien que te corresponda. Es la regla de oro para que
una relación funcione. Si te enamoras de una persona que te quiere,
te escucha, te respeta, en definitiva, que te corresponde, te ahorrarás
una dosis muy alta del sufrimiento propio de la vida en pareja.
Huye de los que te hacen llorar, aunque te gusten más.
2. Aprende a ser su mejor amiga. Es muy importante confiar en
la persona con la que compartes tu vida. Sólo conseguirás sentirte
segura a su lado cuando hables con él sobre tus miedos y ansiedades.
Si todo va bien, a cambio recibirás su apoyo y comprensión.
3. Fomenta el respeto y la comunicación. Nunca te vayas a dormir
con un problema sin resolver. No te lleves a la cama resentimientos
que lo único que pueden hacer es arruinar tu relación. Recuerda:
hablar desde el respeto es la forma más sabia e inteligente de
solucionar los problemas en pareja.
4. El aburrimiento sí que es un problema. Al primer síntoma de
monotonía o rutina, dispara tus alarmas. El aburrimiento es un
síntoma evidente de que las cosas no funcionan bien. ponte manos
a la obra y busca cosas nuevas, inventa situaciones, organiza un viaje,
una cena original...
5. Plantea las reglas antes de jugar. Si lo que buscas compromiso,
no te embarques en relaciones que sólo te ofrecen aventuras.
Debes mostrar claramente y desde el principio tus expectativas.
Por ejemplo, dejar claro si no estás dispuesta a renunciar a tu
vida profesional por la familiar.
6. El sexo importa y mucho. ¿Qué es más importante, el amor
o el sexo?
La respuesta es clara: ambos. Pero, cuidado, si tras muchos
años de relación o durante épocas de mucho estrés sólo utilizas
la cama para dormir es el momento de reactivar tu vida sexual.
No lo dejes para mañana.
7. Olvídate del pasado y aprende a ceder. Al discutir, aunque sea
por tonterías, es muy frecuente recuperar fricciones del pasado
que no vienen al caso. Por lo general, se utlizan para darle al otro
donde más le duele. Con esta actitud, lo único que haces es
perjudicar al otro. No seas rencorosa.
8. No lo idealices, sé realista. Y no sólo con respecto a su
aspecto físico. Es mejor conocer y aceptar los defectos del otro
que negarlos, huirlos o disimularlos. Cuando quieras hacerle ver
a tu pareja un defecto, hazlo con respeto y nunca de forma
despectiva.
9. Es necesario pedir perdón. Si te equivocas y lo sabes, debes
aceptarlo y tratar de remediarlo cuanto antes. No hay nada peor
que sentirse culpable. Además, la vieja estrategia de me
he equivocado, voy a hacerme la víctima no es recomendable.
Reconoce tus fallos y corrígelos, sin gritar.
10. Demuéstrale tu amor. No está de más, de vez en cuando,
dar muestras de afecto. Si tu pareja está triste, dile cosas que
quiera escuchar. Hacer evidente el cariño une más y refuerza
la relación. Y recuerda: los detalles no tienen que ser siempre
algo material.