Queridos niños :
Tal vez piensen que es imposible que yo, el Viejito Pascual,
como me llaman en tu país, les esté escribiendo esta carta; pero créanlo, hay muchas cosas que viniendo del mundo de la fantasía, se hacen reales.
Vengo a despedirme .
Ya he cumplido un ciclo en sus vida, además que me siento muy viejo y cansado y es tiempo que otro Pascuero tome mi lugar. No se preocupen no moriré, mientras uds lo quieran existiré aunque de una manera distinta.
¿Por qué he venido a traerles estos regalos y a despedirme?.
Por una razón muy simple: han sido pocos los niños en este ancho mundo me han dejado algo de comer al pié del árbol de Navidad y eso, demuestra que son un niños diferentes a los demás, en el sentido de que pensaron que tal vez en mi largo viaje por el mundo,sienta hambre o antojos de comer algo rico. Eso siempre se agradece.
Es muy posible que otros niños les digan que yo no existo. Si ellos creen eso, así será; lo importante de todo esto es que uds, en el fondo de su corazón han creído en mí y han confiado en que las cartas que me escribieron fueron leídas por mí. Por eso, queridos NIÑOS, les recordaré siempre.
Cuando sean mayores y tengan hijos, dales la ilusión de creer en mi, no hay nada de malo en ello. Yo también fui hijo y mis recuerdos de Navidad esperando al Pascuero son de los más bellos que guardo.
No esten tristes,todo en la vida está sujeto a los cambios y este es uno de ellos; ¿Por qué?, bueno, pues porque de ahora en adelante serán sus padres quienes le darán los regalos en lugar mío y recuerden que lo importante de esta fecha es el nacimiento de otro niño: Jesús de Nazaret.Nunca lo olviden.
Rudolph Hakkanssonh
Viejo Pascuero. 1821-2011
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