Esta noche, estaba mirando al cielo,
Con mis ojos cansados y resecos por el llanto,
Te vi pasar,
Ibas sentada en una estrella.
Su luz me cegaba…Pero te veía
Y te escuchaba, mientras decías…
¡No estés triste hija mía! porque desde aquí arriba,
Tu abuela te guía.
¡Y no se que es lo que sentía!
Pero la magia de esa noche,
ya no se me olvida.
Y meciéndome en tus brazos,
estabas... y yo... yo, me dormía.
Mientras escuchaba de nuevo tus cuentos,
Y la cosas tan bella que decías.
Hoy regalé al cielo…
La estrella que más brilla,
Mi cariño, mi tesoro, mi abuela querida,
del mundo, la más bella...
Al escucharme decir esto,
ella desde el cielo… me sonreía.
Y con su amor inmenso,
me mando su despedida,
quédate tranquila amor,
que nos veremos un día.
Autora Solitaria