Que un nuevo año sea un año nuevo depende de uno: no todo el mundo tiene un nuevo año después de Año Nuevo! Porque uno se repite una y otra vez . Y así, un año que iba a ser nuevo tiene garantía de viejo antes de estrenárselo. ¿Dónde está el truco para salir del círculo?
En la palabra misma: “repetir”.
Su raíz contiene la expresión “volver a pedir”; y re petere significa también “volver a intentar”
Pedir es pedirle ayuda a lo más profundo de sí mismo: pedirse ver, para comprender y así salir del círculo.
Ése es el Intento. Porque el problema no es repetir, sino perseverar en el error sin practicar el Intento de ver; ver nuestros patrones de acción, de pensamiento, de sentimiento...
Ver es iniciar un proceso.
Cuando re-petir nos encuentra pidiéndonos a nosotros mismos más lucidez, sucede que, a veces sin que lo advirtamos, se va gestando una transformación profunda que hace que nos sorprendamos de reaccionar de manera distinta ante los mismos estímulos.
“ ¿Ést@ soy yo?”.
Sí: de tanto re-petirnos en el Intento, convertimos el círculo en una espiral ascendente...
El punto es, entonces: darse cuenta... y darse tiempo! Con ternura y paciencia hacia sí mismo.
Reiterar sin aprenderse es, en cambio, firmar contrato por una vida usada... porque es la misma del año pasado.
¿Qué puede uno hacer? Elegir trabajar sobre sí.
Ningún cambio de almanaque modifica nuestras circunstancias, pero sí las modifica el propósito de liberarse a sí mismo de lo condicionado, de acompañar a otros en ese proceso y acompañarse de los demás.
Con pasión, con constancia, aprovechando al máximo el ser quienes somos.
Dijo bellamente Dawna Markova:
No voy a morir una vida no vivida.
No voy a vivir con miedo.
Elijo habitar mis días permitiendo que la vida me abra
para volverme menos temeroso,
más accesible.
Para desatar mi corazón,
hasta que le crezcan alas,
una antorcha, una promesa.
paciencia hacia sí mismo.
Reiterar sin aprenderse es, en cambio, firmar contrato por una vida usada... porque es la misma del año pasado.
¿Qué puede uno hacer? Elegir trabajar sobre sí.
Ningún cambio de almanaque modifica nuestras circunstancias, pero sí las modifica el propósito de liberarse a sí mismo de lo condicionado, de acompañar a otros en ese proceso y acompañarse de los demás.
Con pasión, con constancia, aprovechando al máximo el ser quienes somos.
Dijo bellamente Dawna Markova:
No voy a morir una vida no vivida.
No voy a vivir con miedo.
Elijo habitar mis días permitiendo que la vida me abra
para volverme menos temeroso,
más accesible.
Para desatar mi corazón,
hasta que le crezcan alas,
una antorcha, una promesa.
Elijo tomar riesgo y significado,
para vivir de forma que lo que llegue a mí como semilla,
florezca para otros,
y lo que llegue a mí florecido,
siga viaje como una fruta.
Que sigamos re-pitiendo el Intento, durante este nuevo almanaque también!
Virginia Gawel