Al llegar el momento, ha de llorar la luna con lágrimas de estrellas haciendo más oscuro en la noche el firmamento, pero serán las tuyas más tristes y más bellas.
Ccuando llegue el momento se aferrará tu mano a la mía, intentando retenerme a tu vera, y maldiciendo al tiempo, inflexible tirano, que no detuvo el paso en su carrera.
Una serpiente amarga se enroscará en tu pecho, atenazando el alma con negra incertidumbre. Qué frío habrá en tu lecho, qué sola irás entre la muchedumbre.
mmmas quedara el recuerdo de las noches rojizas en que fuimos amantes, y el fuego estará vivo en las cenizas.
Y habrá un faro en la costa destellando chorros de luces sobre el mar inquieto, penetrando en las sombras, y aventando la duda oculta y el temor secreto.
Mira en la oscuridad del sentimiento triste el resplandor, no la fugacidad, de la entrega que di y que me ofreciste.
Y cesará la luna de sollozar nostálgicos olvidos, porque no habrá ninguna, ninguna otra mujer en mis gemidos.