La fuente de la vida llora triste,
su luz se le desviste dolorida,
la voz que le palpita también embiste
despaginando lo firme de las caricias.
Raudales de senstimientos llueven
ahí donde duelen los más profundos,
sin aire el nudo llega del trueque
cuando la vida invierte su estancia en bruto.
Regueros de vivencias vivas de alma
tristes derraman el cáliz de su vientre,
un siempre tan certero que saberlo mata,
un amor que me descalza de su simiente.
La fuente de la vida ya no será más fuente,
ni agitaran sus aguas mariposas aqui dentro,
se alimentará mi pecho del ayer tan fuerte
y del verso que promete seguir latiendo cierto.
Esencia.
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