El jardín se ha posado en mi jardín. Toda su galaxia resplandece a medianoche. Los árboles destellan, las flores fulgen. Tiene el césped una tersura de nimbo. Bajan los Transparentes y de sus cuerpos surgen peldaños de escala. Los Radiantes me llaman con sus cristales. Mis años descienden en el cáliz de un instante. Los Centelleantes me han rodeado y me tienden sus ojos de oro. El amor es una paloma de fuego que elevan. Por fin llegaron.
Miguel Arteche Salinas
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