Quiero comprar este mar, aquella luna brillante, y un ramito de azucenas que tu recuerdo me alcancen. Me sumerjo en tu vida volviéndome mariposa y recorriendo mi cuerpo me haces sentir una diosa. Tus brazos tan amados rodean mi cintura y la palabra ¡siempre! tiene infinita dulzura. Descansa mi cabeza en tu pecho de nido y siento en tu corazón una música de latidos Tu beso tierno me llega con un batir de campanas, el incendio en mi cuerpo es alegría y es calma. En mi mejilla rueda una lágrima muy feliz y el cielo que me colma se viste de plata y añil. Me invade tu perfume que sabe a universo y vuelo al infinito con mi corazón abierto.
Dora Forletti
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