Algunos hombres pasaban al lado de un monasterio sufí; por curiosidad, fueron a ver qué sucedía allí. La gente estaba en catarsis, descontrolada, gritando, saltando, volviéndose completamente loca. Los viajeros pensaron: “Este es un monasterio loco. Siempre pensábamos que la gente venía aquí para alcanzar la iluminación, pero esta gente se ha vuelto loca”. Y el maestro estaba sentado en medio de esta catarsis, con este caos loco a su alrededor. Esta sentado en silencio en medio de ello.
Los viajeros pensaron: ¿Por qué está el maestro sentado en silencio? Alguien del grupo sugirió que quizás estaba cansado, quizás había hecho esta locura en exceso.
Luego, después de unos meses, volvían a su ciudad después de haber hecho su trabajo, y de nuevo pasaron por el monasterio. De nuevo fueron a ver lo que había sucedido a todos aquellos locos, pero ahora todos estaban sentados en silencio, no había ni una sola palabra. Cuando se acercaron al monasterio temieron que la gente se hubiese ido, porque parecía que ahora no había nadie. Cuando entraron, todo el mundo estaba allí, pero estaban sentados en silencio.
Después de unos pocos meses fueron otra vez a otro viaje de negocios y la curiosidad les condujo nuevamente al monasterio. Miraron, no había nadie. Sólo el maestro estaba sentado allí. Así que preguntaron: “¿Qué es todo esto?”. El maestro dijo: “ Cuando pasasteis por aquí la primera vez, visteis a los principiantes. Estaban llenos de locura y yo les animé a sacarla. La siguiente vez que pasasteis habían comprendido, se habían calmado. Por eso estaban sentados en silencio. No había nada que hacer. Cuando pasasteis por tercera vez, ni siquiera era necesario estar aquí. Ahora pueden estar en silencio en cualquier parte del mundo, así que los he enviado de regreso al mundo y estoy esperando a un nuevo grupo. Cuando paséis la próxima vez, habrá de nuevo locura”.