Se adivinan tus ganas
me lo dicen tus ojos,
cuando desvistes mis rosas
con esa mirada tuya,
que se posa en mi escote,
que reposa en mi vientre
y descansa en mis muslos.
Se siente ese éxtasis
que provocan mis pasos,
cuando camino a tu lado
y mis caderas te rozan.
Se advierte el deseo
cuando descuidadamente,
me toco la boca
y tú quisieras morder
estos labios traviesos
para robar mis besos.
Se perciben antojos
cuando al cruzar mis piernas,
penetras con tu mirada
mis lugares ocultos.
Se adivinan tus ansias
de tocar a mi puerta,
para poder entrar
y tomar de mi jardín,
esa rosa deseada. . .
por la que mueres de ganas.
Autr/Esmeralda