En la vida se trata de aprender, de enseñar, sentir, vivir, sufrir, pero sobre todo, de amar y dejar que se nos ame… Una vida sin amor es lo mismo que los días sin sol… tristes, fríos, depresivos… Tú y solo tú decides cómo vivirás tu vida, puesto que al fin y al cabo es tuya; pero no puedes vivirla sola y aislada por temor a sufrir, a que se nos haga daño o simplemente por temor de herir a alguien que nos quiere…
A nuestras vidas siempre llegarán todo tipo de personas… buenas, amables, egoístas, groseros, AMOROSAS, pero sólo aquéllas que realmente tocan nuestras fibras se quedan en ella.
Hay personas que llegan, cambian tan drásticamente tu vida, que se nos hace casi imperativo el hecho de tenerlas con nosotros... Sin importar si están cerca o lejos, sólo las necesitamos allí porque sentimos que nos dan una razón y un motivo muy especial por el cual seguir adelante día a día…