Nuestro verdadero hogar no pertenece a este mundo y no le ha pertenecido jamás.
El que brinda Consuelo ya ha sido enviado y las verdaderas necesidades se ven
atendidas por ese Espíritu Total de Dios. Si algo se nos quita, no lo
necesitamos. Si lo necesitamos, el Señor nos lo va a devolver o a restaurar o a
recrear con algo de igual o mayor valor; si no sucede en este mundo, será en el
mundo por venir, que es el Reino de los Cielos.
Esa es la promesa que nos
ha hecho Nuestro Señor. Entonces, ten esa confianza, de forma que nunca se canse
o se duerma, ni abandone a nuestro Señor que es quien nos cuida. Y si hace falta
algo de paciencia o tal vez, toda nuestra paciencia, eso también es mantener
nuestra confianza en el Señor, que es nuestro salvador que mantiene a salvo y
seguro lo que nuestras Alma necesitan para pasar todas las pruebas que este
mundo entrega.
- John Morton
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